Ya entrado 2020, las empresas y organismos hacen balance sobre uno de los temas que más preocupó a la sociedad durante el año pasado: la igualdad entre hombres y mujeres en el puesto de trabajo. Muchos han sido los seminarios, eventos de diversidad y los planes de igualdad que se han redactado, pero ¿hemos logrado algo que se pueda notar en el día a día?
Pese a que nadie duda de las buenas intenciones empresariales respecto a la igualdad real, los datos indican que aún no se está haciendo lo suficiente, sobretodo cuando el problema viene desde la misma base. Solo en nuestro país trabajan bastantes menos mujeres que hombres, aproximadamente 2 millones menos según los últimos datos de la EPA.
Esto sucede porque, aunque parezca mentira, continúa la falsa creencia de que el papel de la mujer es cuidar del hogar, lo que también repercute en la calidad del empleo a la que pueden acceder ellas. Y es que un 24% de las mujeres trabaja a jornada parcial frente al 7% de los hombres, tal y como también refleja la EPA, mientras que hay un 13% más de hombres con contrato indefinido.
Estos problemas que se van arrastrando, están llegando a generar situaciones de auténtica desigualdad en el ámbito económico, ya que según el INE ellos ganan casi 6.000 euros más al año que ellas.
Y es que las diferencias afectan también a sectores laborales en los que sigue habiendo mucha diferencia entre la representación de géneros. La falta de mujeres en ámbitos históricamente ocupados por hombres como Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (o áreas STEM) hace que las niñas y jóvenes pierdan el interés por estas carreras. De hecho, solo un 7% de ellas se ve como científicas en el futuro, según datos de la Iniciativa 11 de febrero.
Esta desigualdad presente en la base de la sociedad, en la búsqueda de empleo y en las contrataciones, también tienen sus consecuencias según se va a escalando en la jerarquía empresarial, o según no se va haciendo. De todos es sabido que las mujeres lo tienen mucho más difícil que sus compañeros hombres para alcanzar puestos de responsabilidades altas en grandes empresas. Tan solo hace falta echar un vistazo al IBEX 35 para darse cuenta de ello, en el que tan solo hay un 8,5% puestos de presidencia ocupados por mujeres.
Obvio es entonces que aún queda camino para romper estos techos de cristal y saltar tantas diferencias, lo que se presenta como objetivo complicado ya que una de las principales barreras son nuestros sesgos inconscientes. ¿Cuántas veces hemos pensado “es arriesgado poner a una mujer en un puesto directivo porque puede quedarse embarazada”? Estos y otros pensamientos con los que no coincidimos, distorsionan nuestra realidad y afectan a nuestras decisiones del día a día. Tanto, que pueden ser perjudiciales para que la cultura, procesos, productos y servicios de una empresa sean más diversos e inclusivos.
En Aiwin nos hemos propuesto concienciar a la empresa y a la sociedad sobre cómo los sesgos inconscientes pueden estar interfiriendo y cómo poder enfrentarnos a la discriminación de la mejor forma que sabemos: jugando.
Gracias a SHE, el videojuego interactivo para el dominio de los sesgos inconscientes, empleados y organizaciones pueden ser conscientes de las decisiones de su vida diaria que afectan a la diversidad e inclusión en la empresa y sociedad. ¿Nuestro objetivo? Hacer de 2020 el auténtico año de la igualdad.