El brote de COVID-19 está cambiando la forma en que las personas trabajan y aprenden a gran escala y en todo el mundo. Para reducir el riesgo de contagio y mantener a las personas sanas, las organizaciones están reduciendo, si no anulando, las interacciones en persona fomentando el uso de plataformas virtuales y en la nube. En las próximas semanas y meses, estos «experimentos» probablemente producirán lecciones con un impacto a más largo plazo.
En el caso del trabajo en remoto, las empresas verán si se puede mantener la productividad y la eficiencia cuando se trabaja con un gran número de empleados desde casa. Para ello, será necesario realizar un seguimiento y evaluar las medidas y los resultados, así como los plazos y los cronogramas de producción, la calidad del trabajo y la satisfacción del cliente.
El mismo rigor debe aplicarse a la formación virtual y al e-learning. Para evaluar la efectividad, las empresas deberán ir más allá del simple seguimiento del número de empleados, deberán analizar lo que sus empleados realmente están aprendiendo y cómo están desarrollando sus habilidades y competencias, porque esto determinará el éxito o fracaso de los experimentos para muchas empresas y a marchas forzadas del e-learning.
Las empresas de todo el mundo están buscando plataformas de e-learning como una forma de entregar a los empleados la formación mientras trabajan desde casa. Si bien la plataforma y la tecnología son importantes, la calidad y enfoque del contenido son ahora especialmente relevantes.
No es suficiente poner una colección de presentaciones en PowerPoint ya que existe una amplia evidencia de las deficiencias del aprendizaje online «estático», incluida la fatiga y la desconexión del alumno. Lo que en un contexto de trabajo en remoto, y desde casa, puede resultar aun más ineficiente.
Como se ha demostrado, a pesar de que se invierte más de 300 mil millones de dólares nivel mundial en formación corporativa cada año, gran parte se considera ineficaz, y lo más probable es que sea ineficaz. Una encuesta encontró que solo el 8% de los CEO vieron un impacto comercial del aprendizaje y el desarrollo.
En lugar de seguir el mismo camino hacia unos resultados muy mejorables, los responsables de formación y desarrollo corporativo necesitan idear soluciones viables a más largo plazo.
Para lograr ese objetivo, no es suficiente saber qué necesitan aprender los empleados. Los responsables de desarrollo también deben liderar el camino para garantizar que la formación sea efectiva. Eso significa adoptar nuevos enfoques, como el aprendizaje personalizado o contenidos cercanos al entretenimiento, porque ahora más que nunca, la formación compite con los contenidos audiovisuales que puede encontrar en la televisión o Internet trabajando desde casa.
A medida que las operaciones vuelvan a la normalidad en el futuro, los experimentos de aprendizaje online deberían hacernos aprender sobre las mejores prácticas para el futuro. Más adelante las compañías podrán evaluar cómo incorporar experiencias en el aula para un enfoque «combinado» en el futuro, como ejercicios de colaboración, juegos y retroalimentación para fomentar un mayor aprendizaje.
Las circunstancias de COVID-19, sin duda, son dolorosas y perjudiciales para las personas, familias y empresas. Como crisis mundial de salud pública, ha causado un temor e incertidumbre generalizado. Sin embargo, en medio de todo esto, a medida que los gobiernos, las organizaciones y las personas hacen todo lo posible para mantener la normalidad, hay importantes aprendizajes sobre cómo podemos seguir viviendo, trabajando y aprendiendo.
Artículo original: Forbes, What Companies Can Learn From COVID-19 Remote Learning ‘Experiments’
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