Este es un artículo de reflexión de Natalia Jiménez, Socia y CMO de Aiwin.
Tras semanas de confinamiento y teletrabajo, la desescalada se aproxima y con ello recuperaremos la nueva normalidad en la medida que el COVID-19 nos lo permita pero, ¿cómo será el nuevo mundo en el que nos adentramos?
Todo apunta a una infinidad de cambios en lo económico y en lo social para este nuevo escenario, y en los próximos meses veremos cómo sectores completos tendrán que adaptarse rápidamente a los cambios que va a haber.
Las compañías a través de sus equipos, su talento y los intraemprendedores, tienen la oportunidad de cambiar y construir otro futuro, un futuro nuevo, un futuro mejor.
Todas estas personas van a ser los «arquitectos y arquitectas» del cambio, porque en el contexto incierto y único en el que nos encontramos, hoy más que nunca las empresas necesitan que sus empleados sean personas con capacidad para pensar en abierto, sobre el pasado, el presente y el futuro, y sobretodo que vean, miren y piensen de forma diferente.
Y aquí es donde la diversidad pasa a ser una herramienta fundamental para este nuevo escenario. No es nuevo que las empresas diversas generan mayores innovaciones a partir de la creatividad de sus equipos. Solo tenemos que mirar quienes han reinventado modelos de negocio con productos y servicios que tan solo hace unos años eran inimaginables. Lo que sí es nuevo, es que la creatividad en este escenario único de crisis puede resultar clave para la supervivencia y continuidad del negocio.
Solo los equipos multidisciplinares y diversos, y personas con diferentes conocimientos y experiencias, serán capaces de ver los problemas a los que se van a enfrentar nuestras organizaciones desde diferentes puntos de vista y perspectivas, generando así soluciones creativas e identificando las nuevas oportunidades que otros equipos no verán.
Con ellos estarán los líderes inclusivos, quienes decidirán cómo manejar la implantación de esa innovación generada por esos equipos diversos. Líderes necesariamente preparados para alcanzar objetivos gestionando equipos en entornos de cambio que sean capaces de convertir las amenazas en oportunidades.
Aquí la duda, es si en este punto los deberes deberían estar hechos, o bien si estamos a tiempo de trabajar los sesgos inconscientes y resto de barreras que frenan la diversidad y la creatividad de las organizaciones. Desde Aiwin lo que sabemos, es que desde que surgió la crisis del COVID-19 a nivel internacional, hemos realizado más despliegues de SHE respecto al periodo anterior.
Hoy más que nunca, la diversidad se convierte en una herramienta para encontrar respuesta a todos los desafíos que nos vamos a encontrar en los próximos meses, y quizás años.
Este es un artículo de reflexión de Natalia Jiménez, Socia y CMO de Aiwin.