Este es un artículo de reflexión de Carla Vadell, Socia y COO de Aiwin.
En 2016, hace ahora cuatro años y casi de forma premonitoria, Julian Birkinshaw, profesor de Estrategia y Emprendimiento en la London Business School, vaticinó que estábamos entrando en la era de “Agile”. Es de sobra sabido que en los últimos años, cada vez más y más empresas han apostado por la transformación digital, adoptando metodologías ágiles o formando a sus empleados con el objetivo de ser más innovadores y productivos, y de esa manera responder de manera más eficiente a las exigencias que demanda el mercado.
Pero a medida que avanzaba la revolución digital dentro de las empresas, se hacía latente la importancia del cambio de mentalidad de los empleados para que esa revolución fuese un éxito. De poco serviría que las empresas invirtieran recursos y tiempo sin la participación activa de los empleados.
Estamos en 2020 y el mundo se encuentra inmerso en una pandemia donde un tercio de la población se encuentra confinada. No es la primera que vive la humanidad, pero sí es la primera pandemia en la que hemos estado más conectados. Trabajamos, nos formamos, jugamos y compramos online. La transformación digital que iniciaron las empresas hace unos años está haciendo posible que los empleados puedan trabajar desde casa, siguiendo los mismos procesos y utilizando las mismas herramientas que en la oficina.
Pero esto no basta. Vista en perspectiva, la idea de Julian parece tomar una clara doble vertiente: sí, el futuro para las empresas son los procesos ágiles, pero una crisis como la que estamos viviendo también parece indicarnos que nos adentramos en una era de cambio profundo, donde el futuro para el ser humano radica en tener una mentalidad ágil.
¿Pero qué significa tener una mentalidad ágil?
Partiendo de los valores de las metodologías ágiles, pero adaptándolos a las características de las personas, la consultora especializada en cambios, patrones y funcionamiento del cerebro Linda Rising, definió las cinco características de una persona con mentalidad ágil en una presentación realizada en 2011 en el Agile & Scrum Conference en Arizona.
- Una persona ágil hace crecer sus habilidades.
- Las personas ágiles abrazan los desafíos en vez de evitarlos.
- Para las personas ágiles el objetivo final es aprender y tienen curiosidad infinita.
- Las personas ágiles no ven los fallos como un fracaso, sino como una oportunidad de volver a hacer las cosas de nuevo con más información.
- Ante un desafío, las personas ágiles demuestran resiliencia, mientras que las que no lo son se sienten impotentes.
Lo que sí parece cada día más claro es que ha terminado una era y estamos en el proceso de empezar otra nueva. Antes vivíamos a medio camino entre la innovación y la transformación digital, y una zona de confort que daba seguridad a nuestras vidas. Lo que estamos experimentando ahora debería ser suficiente para darnos cuenta de la capacidad de reacción, resiliencia y reinvención sin límites que tiene el ser humano.
Este es un artículo de reflexión de Carla Vadell, Socia y COO de Aiwin.
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