Este es un artículo de reflexión de Natalia Jiménez, Socia y CMO de Aiwin.
La creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos desde nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, y que habitualmente producen soluciones originales.
La creatividad nos permite encontrar soluciones en entornos difíciles y de continuo cambio, empujándonos a salir de nuestra zona de confort y haciéndonos comprender la realidad desde otras perspectivas. Implica un ejercicio de mirada hacia el futuro que en situaciones excepcionales como el actual, es donde suelen nacer las mejores ideas.
No sabemos exactamente en qué prioridad quedará la diversidad para la ONU y sus ODS, los gobiernos, las empresas y la sociedad con esta crisis. Lo que sí sabemos por investigaciones que lo demuestran, es que hay una correlación entre la diversidad y las compañías más creativas e innovadoras que han reinventado sectores con modelos de negocio totalmente nuevos en plenas crisis anteriores.
General Electric, Disney, Burger King, Microsoft, Apple, surgieron en épocas de recesión o incluso algunas en la «Gran Depresión». O empresas más actuales como WhatsApp, Groupon, Instagram, Uber o Slack, que surgieron en plena crisis financiera de 2008.
En el entorno empresarial, la creatividad es el punto de partida hacia la innovación. Con ella logramos crear o modificar productos, servicios y procesos que se adapten a los cambios del mercado, alcanzando un posicionamiento que se anticipe incluso a la demanda.
La creatividad, mirar lo viejo y lo nuevo de manera diferente, y con el afán de encontrar soluciones a los retos a los que se enfrenta hoy la empresa, es casi un sinónimo de la diversidad en el momento actual. La diversidad se tiene que poner al servicio de la creatividad en la empresa para reinventar y adaptar el negocio, los productos y servicios, el marketing, o procesos internos.
¿Dónde nace la creatividad en la empresa?
Las personas, el talento, los equipos y los intraemprendedores, representan el origen de la creatividad de las empresas. De ellos y ellas pueden surgir las ideas y conceptos que serán clave para la supervivencia y continuidad del negocio en momentos como el actual.
Las organizaciones pueden trabajar con equipos homogéneos que ejecuten su labor de forma satisfactoria, o pueden apostar por potenciar su creatividad de forma exponencial en momentos clave como el actual, y eso se consigue con la construcción de equipos diversos y multidisciplinares que afronten desde diferentes perspectivas la complejidad del entorno actual.
Para ello, las empresas deben gestionar la diversidad, transformar el capital humano de la organización y de sus equipos, en una fuente de creatividad porque ahora eso va a ser una ventaja competitiva.
Este principio es el que subyace en la creación de equipos diversos y multidisciplinares: la diversidad de perspectivas, experiencias, conocimientos del negocio, redes de relaciones y cultura de trabajo que los distintos miembros aportan. Esto los convierte en equipos con un rendimiento, creatividad, capacidad de innovación y de solución a problemas muy difícil de copiar.
¿Cómo podemos fomentar la creatividad a partir de la diversidad?
Uno de los mayores retos que tienen las empresas es que la diversidad no solo sea un indicador cuantitativo que justifique nuestros esfuerzos sino conseguir una correcta integración de todos los componentes de esos equipos diversos y multidisciplinares.
Y es en este punto, donde intervienen dos grandes factores de los que depende gran parte de su éxito.
Por un lado, la figura de un líder inclusivo que guíe y entienda al equipo desde su diversidad, pero que adapte su estilo al momento actual de alta incertidumbre a las necesidades de cada miembro del grupo.
Un líder que potencie un ambiente de trabajo integrador, que ofrezca seguridad a los retos y al cambio, con espacio de escucha y respeto, será clave para que el equipo se oriente hacia el momento actual de la compañía para alcanzar su máximo potencial creativo.
Para que ese equipo alcance ese máximo potencial, es también sumamente importante trabajar la actitud de todos los integrantes, porque se hace difícil un trabajo colaborativo y creativo si todos ellos no tienen una mentalidad abierta e inclusiva.
Y es aquí donde entra en juego el segundo factor clave: los sesgos inconscientes, una de las principales barreras que frenan la creatividad en las organizaciones y los equipos.
Las empresas, y sus líderes, deben poner foco en la detección y dominio de los sesgos porque podrían estar afectando a la marcha, creatividad y productividad del equipo poniendo en riesgo la creación de productos y servicios que atiendan a la situación de cambio del momento.
Hoy requerimos la máxima adaptación al nuevo entorno donde la creatividad pueda fluir hacia los retos complejos que va a tener la empresa los próximos meses y años.
Este es un artículo de reflexión de Natalia Jiménez, Socia y CMO de Aiwin.