Este es un artículo de reflexión de Carla Vadell, Socia y COO de Aiwin.
Como ya decía Aristóteles, el hombre es un ser social por naturaleza. Estamos diseñados para la comunicación cara a cara y para descifrar expresiones faciales y el lenguaje corporal a un nivel casi subconsciente. Cuando nos reímos con alguien, nos damos la mano, o compartimos una comida, se crea un vínculo primario que difícilmente puede ser reemplazado por la comunicación digital.
Esa necesidad nos lleva a querer estar conectados con el mundo y nuestro entorno, y recurrimos a la tecnología para compartir momentos importantes con familiares y amigos cuando no estamos cerca, para disfrutar de experiencias exóticas sin movernos de casa y para mantenernos conectados con nuestro trabajo, allá donde estemos.
La situación actual ha puesto de manifiesto algo que ya se venía gestando desde hacía tiempo: el trabajo del futuro será aquel que podrá hacerse desde cualquier lugar. El camino ya iniciado hará que echemos de menos esas comidas con los compañeros de oficina, pero a día de hoy existen muchos medios que tienen el objetivo de salvar esa brecha casi por completo.
A la hora de abordar la agilidad en equipos distribuidos, es importante partir de una base: los equipos deben adaptar tanto su proceso interno, como la forma que tienen de relacionarse con el resto de la compañía y con sus clientes. De nada sirve continuar con la manera de trabajar y de interactuar que antes utilizábamos, y para ello hay que buscar nuevos mecanismos y procesos que cubran las nuevas necesidades de un equipo que está trabajando en remoto.
Nuestro gran aliado para estos cambios, la tecnología, es el factor determinante para que esto sea un éxito. En metodologías ágiles del tipo scrum, existen herramientas digitales como diarios con vídeo y tableros digitales, retrospectivas con herramientas adhoc, reviews con tangible, sistemas de mensajería, vídeo y de compartición en grupo o habitaciones virtuales para la toma de decisiones que ayudan a que los eventos y las ceremonias se sigan llevando a cabo.
Pero hay otro aspecto fundamental que debemos tener en cuenta. El management, tal y como lo conocemos, debe sufrir una transformación. Partimos de un paradigma de sensación de control por “presencialismo”, y a medida que esta nueva realidad se vaya incorporando a nuestras vidas, deberemos evaluar cómo estamos gestionando los objetivos de equipos en remoto y cómo hacer que los individuos se sientan arropados por su líder. Establecer y comunicar la estrategia, hacer seguimiento al equipo o ayudar en la formación, son cuestiones que se tendrán que abordar desde una nueva perspectiva.
Por otro lado, deberemos encontrar actividades que suplan esa comida con compañeros, o ese café para contarnos cómo ha ido el fin de semana. Quizá sea el momento de que nos conozcamos a nosotros mismos y a nuestros compañeros de otra manera, y para eso están naciendo escape rooms virtuales, bingo o trivials digitales y un inagotable contenido digital para compartir y seguir construyendo relaciones fuertes que hagan al equipo sentirse empoderado y motivado.
En unos años, nos preguntaremos cómo nos comunicábamos antes de los correos electrónicos, los móviles, los mensajes de voz y los mensajes de texto. Aunque quizá, ya estemos en ese momento.
Este es un artículo de reflexión de Carla Vadell, Socia y COO de Aiwin.
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