El 17 de mayo de 1990 la OMS excluyó la homosexualidad de la clafsificación estadística internacional de enfermedades. Para conmemorar aquel hito, desde el año 2004 cada 17 de mayo se celebra el Día Internacional de la Homofobia, Transfobia y Bifobia. Actualmente se celebra en más de 130 países para coordinar acciones que denuncien y hagan reflexionar a la sociedad sobre la discriminación que sufre el colectivo.
España es pionera en el reconocimiento de derechos del colectivo LGBTI+ y en el ámbito empresarial también se respeta y fomenta la diversidad. Muestra clara y reciente de ello es que en el marco del Mes Europeo de la Diversidad, que se está celebrando este mayo, nos situamos en el Top 3 de los países con más empresas adheridas a la Carta de la Diversidad.
Aún así, aún queda trabajo por delante para conseguir crear espacios de trabajo realmente inclusivos para el colectivo LGBTI+. Desde Fundación Diversidad detectan que en este ámbito hay menos experiencia y desarrollo de políticas concretas. Son las grandes empresas y multinacionales las que a día de hoy desarrollan mayoritariamente programas y políticas específicas para promover la diversidad e inclusión LGBTI+ en sus compañías.
Por otro lado, un informe de 2019 de la OCDE reflejaba que las personas del colectivo LGBTI+ tienen un 7% menos de posibilidades de conseguir un empleo y ganan un 4% menos, respecto al resto de la población.
El estudio ADIM es otra importante fuente que revela la situación del colectivo en el entorno laboral. Uno de los datos más llamativos es que el 72% tiende a ocultar su orientación sexual o género en el trabajo para evitar situaciones de LGBTIfobia.
No querer que cambie la valoración profesional que se tiene de ellos y el temor al despido y también a los insultos, burlas, chistes o cotilleos son los principales motivos de permanecer en el armario en el entorno de trabajo.
Los datos reflejan que el porcentaje de gente abiertamente intolerante es minoritario, pero también lo es el de las personas abiertamente respetuosas con el colectivo, siendo la mayoría los que permanecen en silencio.
El 89% de la población, según el Instituto de la Mujer, está a favor de la implementación de medidas para evitar la discriminación en el trabajo por orientación sexual o género.
Así que para frenar a los intolerantes es muy importante que el silencio se rompa, atreverse a cortar determinadas situaciones discriminatorias y visualizarse como aliado del colectivo.
Impulsar la diversidad LGBTI+ en las empresas con formación en sesgos inconscientes
La mayoría de las personas que no pertenecen al colectivo LGBTI+ no perciben que exista discriminación, pero ahí es donde entran en juego los sesgos inconscientes. No nos damos cuenta de que determinados comportamientos o decisiones que tomamos cada día generan escenarios discriminatorios o de desigualdad para el colectivo y están influidos por esos sesgos. Por ejemplo, los sesgos pueden aparecer en los procesos de selección y promoción y hay que evitarlos.
Es evidente que aún falta concienciación y sensibilización en el entorno laboral para que los profesionales del colectivo LGBTI+ no se sientan discriminados y puedan mostrarse tal y como son. Para conseguirlo y generar espacios seguros, la formación de los empleados en temas de diversidad e inclusión tiene que trabajar los sesgos inconscientes.
Estas acciones de concienciación y sensibilización de la plantilla tienen que contar con la complicidad e impulso de la dirección de la empresa, que debe promover y ser ejemplo de las estrategias de diversidad.
Contar con referentes del colectivo dentro de la empresa también es importante y, en definitiva, celebrar la diversidad y mantener una comunicación inclusiva libre de estereotipos.
Las empresas son espacios de convivencia y son un importante agente para contribuir al cambio social. Crear culturas organizacionales diversas que impulsen el respeto y la tolerancia ayudará a la sociedad a avanzar.