Este año es el 20 aniversario de la declaración del 21 de mayo como el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, por parte de Naciones Unidas. Fue en 2001, tras la aprobación de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural.
Se trata de una cita para concienciar sobre la importancia del diálogo intercultural, la diversidad y la inclusión y para combatir la polarización, los estereotipos y mejorar el entendimiento y la cooperación entre gentes de diferentes culturas en todos los ámbitos de la sociedad.
En los actos y celebraciones que se están llevando a cabo por el Mes Europeo de la Diversidad se está poniendo principalmente el foco en la importancia de la diversidad étnica y cultural en las empresas.
Las compañías saben la importancia que tiene gestionar la diversidad, ya que supone una gran ventaja competitiva porque promueve la innovación y la creatividad. En el caso de la diversidad cultural, al igual que en el de la diversidad LGBTI+, las empresas españolas tienen aún mucho margen de mejora.
Las sociedades actuales son cada vez menos homogéneas, las diferencias culturales y sociales ya no son una excepción, son la tónica general y el gran reto para las empresas es saber gestionar adecuadamente y potenciar esa diversidad para aprovechar todo el talento y crear espacios laborales positivos, tolerantes y plenamente inclusivos.
Es indispensable que se perciba de manera transversal en toda la empresa la importancia de la diversidad cultural como pieza estratégica para la sostenibilidad de las empresas y la sociedad, puesto que como afirma la UNESCO la diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos.
Formación y sensibilización con medición de resultados
Todas las personas de la empresa tienen que estar comprometidas con la diversidad. Desde la dirección se tienen que impulsar el cambio y promover las estrategias y planes de diversidad.
La formación y sensibilización de la plantilla es imprescindible para romper con estereotipos, ideas preconcebidas e identificar los sesgos inconscientes que impiden el desarrollo y crecimiento de la diversidad cultural en las empresas.
Pero para mejorar la adaptación de los entornos laborales a esa realidad diversa y multicultural es imprescindible disponer de datos para poder medir y analizar el impacto de las acciones formativas y de sensibilización y detectar las barreras pueden estar frenando la diversidad. Es la única manera de mantener una mejora continua.
Beneficios de la diversidad cultural en la empresa
Un equipo culturalmente diverso favorece el desarrollo continuo de la cultura corporativa y plantea nuevas formas de pensar y nuevos patrones de comportamiento. Cada persona y cultura aporta algo diferente de lo que aprender. En definitiva, enriquece y genera valor en las organizaciones.
- Visión más amplia y diferentes puntos de vista: esto favorece tomar mejores decisiones porque se barajan más alternativas y surgen más ideas.
- Diferenciación y singularidad: en el escenario de competitividad empresarial actual destacar por encima del resto y diferenciarse es básico.
- Creatividad e innovación: las diferentes maneras de entender el mundo y las diferentes experiencias vividas por un equipo multicultural y diverso aportan mucho a los procesos creativos y de innovación.
- Impulso a la globalización: la diversidad cultural en las compañías ayuda a enfrentar los desafíos de la globalización y mejorar el entendimiento entre diferentes países y regiones con los que se trabaje.
- Equipos más conscientes y unidos: aprender a respetar las diferencias y poner la atención en las sinergias suma y se crea un ambiente de igualdad y tolerancia en los equipos, actitudes y comportamientos que trascienden del entorno laboral al personal, contribuyendo al avance de la sociedad.
- Desarrollo económico: las empresas con una cultura de diversidad son más rentables.